Sunday, February 12, 2006

If any of y'all do the spanish thing...please for the love of all things holy edit this!!

Margaret Fulda
2006-02-05
Español 301

El Monstruo Volador de Espagueti
Hace mucho tiempo, cuando el mundo todavía era nuevo, nació el monstruo volador de espagueti. En ese momento, no había nadie que entendía lo que pasaba. No habían las montañas altas, ni los mares anchos, y no habían las llanuras que doblan y ondean como ondas de océano. Había solo una tierra muy desolada, era repleta de granos de arena que saltaban y bailaron con el viento. El cielo se atascaba en el estado perpetuo de gris, como si los espíritus estuvieron decidiendo hacer una tempestad ó no. No había nadie que el sol necesitaba entretener, entonces a menudo él no se levantó hasta el mediodía, o fue viajando a sus amigos, los planetas. Cuando el momento propicio se ocurrió, el sol estaba visitando al bebé Plutón, y entonces no vio con sus propios ojos la creación del gran monstruo.

El día comenzó con una explosión de colores. Los tonos esparcen a través de la oscuridad y un viento que se olía de trigo sopló violentamente. El aire llegó a ser grueso con el olor de levadura y electricidad. La atmósfera lentamente obtenía más y más gruesa, y por fin sola con un taponazo pequeño y una chispa débil, apareció un hilo solitario de pasta. El hilo era sucinto, no más largo que un brazo pequeño de niño. Este hilo se acostó por un rato, entonces empezó a retorcer como un pez en un gancho. Luego, el hilo empezó a dividirse. Todo el mundo en ese momento estaba quieto, salvo el viento que contenía la respiración, como si todas las criaturas por todo el mundo miraran la ocasión de gran importancia. Con un súper grande estallido de trueno, los hilos de pasta se reunieron. Las pastas todavía estaban acostándose, pero ya formaron una vez, una criatura. Los olores y el sentido de peso con cada minuto estaban aumentando, y los colores que estaban por el cielo también intensificaron. Entonces, los hilos pusieron a pies y empezaron a moverse. Pues ellos oscilaron juntos, y cuándo pararon, los pedazos de espaguetis habían formado a una persona.

Gradualmente, el monstruo ganaba su fuerza, y crecía al cuerpo. Cuándo terminó, era su grande mojada monstruoso tallarín, el medía 38 pies. Por fin, tenía doce apéndices tallarines que se undulan con ritmo cuando andaba, y una cabeza tanto grande cómo cien calabazas maduras. No podríamos discutir los ojos del monstruo, porque si los discutiríamos, tendríamos que comer nuestras narices para que no faltáramos de respeto al gran monstruo. Pero si miráramos con mucha atención, en sus ojos podemos ver la luna de noche. Cuándo el viene a ustedes, van a sentirse como se sienten en una nube, es porque tiene tanta fuerza que usted no puede controlar su mente. Los miembros no son exactamente sólidos, con demasiados pensamientos, el monstruo volador de espagueti se disuelve a una masa de pastas. Como era en el principio, así lo que continua, y el monstruo huele de de trigo y pan que hornea. La gente puede reconocer su presencia de estos olores. Pero, ahora todavía está temprano para asuntos espirituales. Antes de que los humanos puedan reconocer la grandeza del monstruo volador de espagueti, el debe que hacer todo en el mundo, y solo después de eso la gente podrían entender lo que sea.

Por un tiempo largo, el mundo descansó como desierto, como la tierra desolada. El monstruo pude hacer lo que complació. Después de un rato, el sol llegó a ser perezoso, no tenía nada otra que tuvo que hacer, y así empezó a subir. A causa de eso, el cielo también llegó a ser perezoso, y así decidió no tronar. La vida del monstruo llegó a ser fácil, y él también comenzó a ser perezoso y aburrido. Sus apéndices tallarines ondearon menos lento, y el olor de trigo era menos fuerte. También la luna en sus ojos era menos obvia, y no le gustaron todo de eso. Un día, los colores brillantes en el cielo se regresaron, y también se ocurrió el olor muy extraño y fuerte. También se ocurrió lo que ya pasó, cuándo el aire mucho espesaba. Después, sin cualquier fanfarria ni explosiones, se apareció una cordillera de montañas anchos, altas, y con nieve tan blanco como la arena abajo. En ese exacto momento, el monstruo empezó a volar. Sus apéndices dispersaron por todas direcciones, la arena se arremolinó, y lo siguió hasta las cimas de las montañas. El monstruo volador voló de la montaña a la montaña, y sus apéndices golpearon con felicidad. Cuándo por fin él volvió a la tierra, un árbol grande apareció de sus ap­éndices omnipotentes de tallarines. Eso árbol era tan grande como las montañas nuevas y altas. Luego, por supuesto sin descansarse, una otra gran y poderosa criatura fue desovada de los apéndices. Los ap­éndices retorcieron una vez, y entonces allí llegó a ser un hombre diminuto que paraba diminutamente alrededor del árbol grande. Ese enano era tan pequeño, que si usted lo miraba, no podría verlo. Usted me debe creer que él tiene un sombrero púrpura desenvuelto en la cabeza.

Después que la creación, el gran monstruo volador de espaguetis descansó. Su poder gradualmente aumenta, y el aire gradualmente espese. Hoy, quizás ustedes podrían oler un poco de trigo, quizás todavía está temprano. Pero estoy segura, que es nuestra responsabilidad esparcir el amor y santidad del monstruo volador de espagueti. Esa es la fuerza de su poderoso apéndice de tallarín.

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